A lo largo de la historia, el oro ha sido símbolo de lujo, poder y prestigio.
Se dice que Cleopatra para realzar su belleza, dormía con una máscara de oro y la reina de la dinastía Ch’ing masajeaba a diario su rostro con un rodillo de oro.
En la Antigua Roma, se utilizaban ungüentos de oro para tratar distintas afecciones de la piel. Con el desarrollo de la ciencia y tecnología, se comenzaron a descubrir más usos del oro como algunas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias en la piel.